Cómo afecta la “anti-ciencia” a vapeadores en COVID-19

Cómo afecta la “anti-ciencia” a vapeadores en COVID-19
Dr. Roberto A Sussman

¿Qué podemos hacer para compensar la desinformación rampante a la que están expuestos los consumidores (vapeadores) y el público en general en las condiciones estresantes de COVID-19?

Proporcionar información precisa y verídica. El antídoto a la desinformación es la información.

En general, los consumidores y el público NO leen ni tienen acceso a artículos científicos.

¿Qué temas preocupan a los consumidores?

1. Advertencias de las autoridades de que el vapeo es un serio factor de riesgo de COVID-19

2. Posibilidad de que el virus se esparza por vapor exhalado (preocupante si se está en cuarentena).

3. Vacío de información: NO hay datos sobre enfermos COVID-19 que sean vapeadores.

4. Si el posible efecto “protector de la nicotina” también actúa en vapeadores.

¿Es el vapeo un factor de riesgo ante COVID-19 como alegan las autoridades?

¿Qué argumentos utilizan las autoridades para sustentar estas afirmaciones?

“Existencia de muchos estudios reportando evidencia de que el vapeo favorece y/o causa infecciones e inflamación respiratoria. Esto debe poner a vapeadores en alto riesgo, ya que COVID-19 primeramente afecta al sistema respiratorio”

¿Qué estudios reportan esta evidencia?

– Principalmente estudios de laboratorios en cultivos celulares y roedores.
– Aproximadamente unos 30 estudios de laboratorio que analizan tejidos extraídos del sistema respiratorio de vapeadores humanos.
– Estudios poblacionales de corte seccional que relacionan al vapeo con asma & EPOC.
– Un par de estudios longitudinales deficientes.

Estos estudios han sido recopilados por grandes reseñas, tienen una amplia difusión por diferentes instituciones, y sobre todo y muy importante hay muchos prominentes académicos anti-vapeo que ayudan a difundir esos estudios deficientes.

¿Qué tan robusto es el argumento de que el vapeo es factor de riesgo ante COVID-19?

Es un argumento débil. Es completamente especulativo, carece de sustento empírico: no hay records de vapeadores en pacientes hospitalizados por COVID-19 (mientras que si los hay de fumadores & otras comorbilidades).

Si el vapeo fuera un factor serio de riesgo, ¿por qué es que no hay records de vapeadores en los hospitalizados y enfermos graves?, ¿dónde están los cientos o miles de vapeadores en pabellones que atienden COVID-19?

La explicación más sencilla de por qué el vapeo (como existe en la realidad) no es un factor de riesgo de COVID-19 es la edad.

La mayoría de los vapeadores son menores de 40 años, mientras que la mayoría de los hospitalizados y enfermos graves de COVID-19 son mayores de 40 años.

La inmensa mayoría de los vapeadores son menores de 44 años.

Los menores de 44 años son una pequeña minoría de los hospitalizados.

En la ciencia SIEMPRE es preferible explicar los datos mediante las hipótesis más sencillas. La edad explica por qué el vapeo (como existe en la sociedad) NO es factor de riesgo para hospitalización por COVID-19.

El argumento de las autoridades es puramente especulativo, es complicado y NO ajusta los datos.

Debilidades de los estudios que (supuestamente) prueban que el vapeo es factor de riesgo para COVID-19

Veamos estudios en sujetos humanos.

– Corte seccional (poder de predicción limitado)
– Basados en muestras pequeñas de vapeadores, todos los cuales son fumadores o ex-fumadores. Este es un enorme factor de sesgo (NO controlado en estos estudios). Los efectos biológicos se deben más al tabaquismo previo que al vapeo reciente.
– Comunicación distorsionada: los estudios reportar efectos agudos (corto plazo) de experimentos de laboratorio idealizados como si fueran efectos crónicos con consecuencias clínicas (lo cual es especulativo e injustificado).

Los estudios que citan las autoridades ignoran evidencia que reporta otros resultados.

– Estudios de cohortes prospectivos y experimentos médicos que han seguido directamente y llevado a cabo observación clínica de vapeadores hasta por 3.5 años que no han detectado las infecciones e inflamaciones que predicen los estudios de laboratorio.

Los argumentos contrarios son más robustos que los argumentos a favor.

La edad: la inmensa mayoría de los vapeadores son jóvenes: menor probabilidad de daño por COVID-19.

Observaciones de estudios (longitudinales) con evaluación clínica completamente descartan estudios de laboratorio idealizados en culturas celulares, roedores, tejidos pulmonares y estudios demográficos.